jueves, 23 de mayo de 2013

TRUJILLO NUNCA FUE ASESINADO MURIO DE MUERTE NATURAL SEGUN SU NIETO

Documentos confidenciales en poder de los herederos del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina, revelan que este no murió como creen la mayoría de los dominicanos, víctima de un complot en la carretera que conduce a San Cristóbal, sino que se trató de un montaje para ocultar al país, la salida de éste al exterior producto de negociaciones con las autoridades norteamericanas. Los documentos pertenecientes a la familia Trujillo estaban en poder del fenecido Ramfis, hijo mayor del dictador dominicano y quien murió víctima de un accidente automovilístico ocurrido en París, en la actualidad los mismos reposan en una caja fuerte de la que solo tiene acceso Ramses, uno de los hijos de Ramfis. Según datos filtrados por Ramses a uno de sus amigos de la universidad, su abuelo fue convencido por el gobierno norteamericano para que abandonara el poder en vista del desgaste de la dictadura que encabezó por mas de 30 años, y para evitar que grupos de exiliados apoyados por el régimen comunista de Fidel Castro capitalizaran el descontento popular y tomaran el poder. La “verdad” histórica acerca del ajusticiamiento del tirano dista mucho de la realidad; portando una nueva identidad que incluía una sofisticada cirugía plástica que le cambió drásticamente su físico y cara, y con la nada despreciable suma de 700 millones de dólares Trujillo se estableció en España, donde era visitado en secreto por sus hijos y esposa, así como por el doctor Joaquín Balaguer. El deceso de Manuel Jiménez, que fue la nueva identidad dada al hombre fuerte puesto por los norteamericanos al frente del Ejército dominicano luego de la intervención que culminó en el 1929, se produjo en realidad en 1990 a la edad de 99 años. A los servicios fúnebres oficiados en el mayor secreto solo asistieron cuatro personas. Según Ramses Trujillo, para simular la muerte de su abuelo se procedió a usar como doble a Wenceslao Tejada, un agricultor nativo de Villa de los Almácigos, de la línea noroeste, quien tenía un parecido extraordinario con el “Jefe”. La similitud era tal que en ocasiones se le utilizó para hacerlo pasar por Trujillo cuando habían rumores acerca de complots contra el tirano; vistiéndolo con su uniforme y desplazándolo en el vehículo de éste por las rutas consideradas peligrosas, mientras que el tirano viajaba de incógnito en otro carro. Tejada se encontraba en poder de Johnny Abbes García, Jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), a la espera de la ejecución del plan, que aunque se realizó la noche del 30 de mayo de 1961, se estaba planificando desde hacía mas de un año. Los participantes en el complot para matar a Trujillo también fueron engañados por enlaces militares quienes tenían la misión de hacerles creer que el hombre que se dirigía esa noche a San Cristóbal, era el Jefe, cuando en realidad no fue así. La perfección del plan fue tal que todos los héroes murieron creyendo que habían asesinado al sanguinario gobernante. La ejecución del complot se aceleró a raíz de los atentados de las fuerzas trujillistas contra el Presidente de Costa Rica, José Figueres, el cual fue frustrado en mayo de 1957, también por la muerte del Presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas, el 27 de julio del mismo año, por órdenes del dictador. Con financiamiento del tirano dominicano se montó otro atentado contra Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela quien sobrevivió milagrosamente cuando su vehículo fue impactado por un carro bomba. Todas estas acciones determinaron que para los Estados Unidos no fuera supuestamente conveniente su permanencia al frente del gobierno dominicano. Pero sin dudas el hecho que marcó la salida del poder de Trujillo, fue el secuestro del profesor universitario Jesús de Galíndez, ocurrido el 12 de marzo de 1956, orquestado por espías dominicanos en la ciudad de Nueva York, el plagio fue investigado por el FBI tras determinarse responsabilidades, se le hizo saber al perínclito de San Cristóbal que debía abandonar el poder o sufrir las consecuencias. Las presiones y negociaciones en las que no solo participaron funcionarios norteamericanos sino, españoles y franceses, se prolongaron por cuatro años, ya que el dictador ponía condiciones incumplibles; hasta que finalmente se hizo el montaje de lo que sería su ajusticiamiento; detalle tras detalle todo estuvo meticulosamente planeado, tan bien planeado que fue engañada hasta la misma historia. Después de ejecutado el plan, Trujillo vivió la mayor parte del tiempo en España y Brasil, países en los cuales aun conservan sus herederos decenas de empresas con capitales que sobrepasan los mil millones de dólares. Tejada, el campesino usado como doble en el presunto ajusticiamiento, nunca pensó que cuando le pusieron uno de los uniformes de Trujillo y se le maquilló, se dirigía a un encuentro con la muerte, para que el tirano siguiera viviendo”.

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