jueves, 11 de agosto de 2016
Periódico pide a EE.UU. sancionar a República Dominicana por negar nacionalidad a dominico-haitianos
NUEVA YORK. El periódico Philadelphia Enquirer, en su editorial del martes 9 de agosto, pide al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, imponer sanciones económicas a la República Dominicana por negarse a reconocer la nacionalidad de miles de hijos de haitianos nacidos en su territorio.
“Dominican Haitians, are people without a country” (dominico- haitianos son personas sin un país), publicado en la sección de opinión. El medio sugiere que Obama tiene una doble moral por sus críticas a las posiciones anti inmigrantes de Donald Trump, mientras no ha hecho nada para sancionar a República Dominicana por una política migratoria que excluye y arrebata la nacionalidad a los hijos de haitianos nacidos en ese país.
“El presidente Obama ha sido muy crítico con la amenaza del candidato presidencial republicano Donald Trump para detener y enviar millones de inmigrantes indocumentados a sus países de origen, pero su administración ha dicho poco acerca de un programa de deportaciones deplorables que afectan a los haitianos nacidos en la República Dominicana, la mayor población sin estatus en el hemisferio occidental”, sostiene el editorial.
“En 2010, la República Dominicana modificó su constitución para negar la ciudadanía a toda persona nacida en el país que no tenga al menos un padre que nació allí. Durante la noche, 200,000 dominicanos de origen haitiano fueron despojados de la ciudadanía. El Tribunal Supremo del país confirmó la modificación en 2013 y en el último año más de 60,000 personas han sido deportadas”, dice el Enquirer.
El editorial agrega que “algunos deportados se mudaron a barrios emergentes en la frontera de Haití sin que nadie se haya puesto en contacto con ellos en ese lado de la isla caribeña de La Española. Tampoco se habla Creole, como lo hacen los haitianos, y los dominicanos hablan español. Joseph Quener, de Filadelfia y con ascendencia haitiana, dice que una gran cantidad de niños con la tarjeta de identificación ahora no pueden ir a la escuela secundaria, y mucho menos a la universidad. Ellos no pueden abrir una cuenta bancaria o comprar un carro. Es una vergüenza, y humillante”.
El periódico precisa que “la República Dominicana permitió en un breve periodo en el que algunos de la población afectada pudieron solicitar la ciudadanía, pero esa ventana se cerró en junio de 2015. Las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se han manifestado en contra de las acciones de la República Dominicana que, en respuesta, se ha retirado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA”.
Dijo que el Departamento de Estado de Estados Unidos ha condenado la decisión de negarles la ciudadanía a los dominico-haitiano, “pero James Brewster, el embajador de Estados Unidos en la República Dominicana, se ha resistido a los llamamientos para calificarlos como una violación de los derechos humanos. Aun así, Estados Unidos, que da a la República Dominicana millones de dólares en ayuda militar cada año, podría aplicar más presión para el cambio”.
Expresa que “en un sentido, Estados Unidos es cómplice de las políticas de inmigración de la nación caribeña, ya que proporciona la formación de la Policía Nacional Dominicana y su patrulla fronteriza. Incluso se han desplegado agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos para ayudar a detener el flujo ilegal de inmigrantes de Haití a su vecino”.
Reclama que una mejor manera de detener tantos haitianos que huyen de su país sería para los Estados Unidos hacer una mayor inversión en la economía de Haití para producir puestos de trabajo.
“Por lo menos, se podría apoyar a organizaciones de expatriados, como la Coalición Haitiana de Filadelfia, en sus esfuerzos por mejorar la calidad de vida en Haití”, pide el editorial del Enquirer.
“Al igual que Obama tomó un nuevo enfoque con otra nación caribeña pobre, Cuba, debería ayudar a Haití, que nunca se ha recuperado de su terremoto de 2010. Dígales a los dominicanos que corren el riesgo de perder la ayuda de Estados Unidos mediante el empleo de una política de inmigración, aparentemente racista, que castiga a los dominicanos de ascendencia haitiana”, concluye el editorial.
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