martes, 23 de julio de 2013
Vincho celebró la muerte de los guerrilleros del 14 de junio Vincho Castillo gozó el aplastamiento de los héroes del 14 de Junio
Dijo que las fuerzas de Trujillo lograron “triturar los focos de ofensa con que se quería masacrar el alto nombre del valor dominicano, desconociendo miserablemente los ideales de paz y de progreso a que vive aferrado este pueblo, lejos ya del bochorno del caos y nutrido por la savia milagrosa del pensamiento de Trujillo”
23 de julio del 2013
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Se acaban de cumplir 54 años de uno de los más fervientes discursos de lealtad a Rafael Leónidas Trujillo Molina pronunciado por el doctor Marino Vinicio Castillo, para celebrar la derrota de los héroes del desembarco del 14 de junio, que intentaba derrocar la dictadura sanguinaria de Chapita.
El 19 de julio de 1959 hubo una manifestación de lealtad a Trujillo en San Francisco de Macorís, paras celebrar la derrota del movimiento guerrillero que había llegado al país el 14 de junio de ese mismo año. Fue una manifestación a la que supuestamente asistieron más de 10 mil personas, en presencia del dictador, y Vincho Castillo estuvo entre los que pronunciaron discursos.
Fue en el Parque Duarte de San Francisco de Macorís y allí no solamente llamaban mercenarios y criminales a los expedicionarios asesinados, sino que los identificaban como delincuentes que había llegados “a turbar la paz de paz de la República durante el pasado mes de junio”.
Entre los que proclamaban y gozaban la derrota de los traidores se encontraba también José Francisco Tapia Brea, quien dijo que “Los enemigos de la paz dominicana recibieron en carne propia el dolor de su derrota”.
Vigoroso y vibrante, el doctor Marino Vinicio Castillo intervino con una pieza que llamó la atención de los presentes, por el verbo ácido y de decidido desenfreno en la adhesión al Gran Titán que era Trujillo, padre de la patria nueva y benefactor del país.
De acuerdo con el diario El Caribe del 20 de julio de 1959, el doctor Marino Vinicio Castillo, hablando a la multitud y ante Trujillo dijo:
“Hoy precisamente nos congrega en esta asamblea de fervorosa lealtad hacia un ideario político inmaculado, el infinito goce y profundo deleite surgido en el alma nacional, en ocasión de la aplastante victoria obtenida por las fuerzas armadas y populares de nuestro pueblo, que se irguieron vibrantes de valor y de coraje para triturar los focos de ofensa con que se quería masacrar el alto nombre del valor dominicano, desconociendo miserablemente los ideales de paz y de progreso a que vive aferrado este pueblo, lejos ya del bochorno del caos y nutrido por la savia milagrosa del pensamiento de Trujillo”.
En ese momento apenas se iniciaban los halagos de joven abogado al dictador, quien unos meses después lo seleccionó y lo designó de dedo diputado al Congreso Nacional, junto a Manolín Jiménez Rodríguez y Euclides Gutiérrez Félix, entre otros jóvenes de la época.
El doctor Castillo continuó su lealtad al dictador aún después de ajusticiado. Y posteriormente se adhirió al doctor Joaquín Balaguer, y ha sido un elemento que ha levantado su historia familiar como un ejemplo de servicio a la patria, al tiempo que ha utilizado las funciones públicas que ha desempeñado para influir con posiciones conservadoras, aunque sin reivindicar su viejo pensamiento trujillista.
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